Numerosos mozalbetes de la ciudad se agrupan frente a la estatua ecuestre del General Francisco Morazán en este atardecer de otoño. En este lugar se da una pelea entre Folofo y Pachán que está defendiendo a su amigo Miguelito. Los dos continuaron por el parque Folofo y Lalo ofreciendo lustrar zapatos por unos cuantos centavos, igual que decenas más de muchachos descalzos, famélicos y desgarrados.
El parque central, bautizado con el nombre de Francisco Morazán es pequeño, provisto de algunos árboles que proporciona sombra a las banquetas de cemento, donde suelen chismorrear los capitalinos y es donde Folofo realiza el lustre de zapatos ya que allí permanecían todos los lustradores.
Folofo sigue la dirección de la mano de Lalo, que señala hacia las ramas de una acacia de la plazoleta La Merced, situada frente al Palacio Legislativo, el Paraninfo de la Universidad Nacional Autónoma y la iglesia de La Merced de arquitectura colonial por allí se encuentran Folofo y Lalo se encuentran viendo unas golondrinas y Folofo saca su honda y se acerca de forma minuciosa para poder pegarle a la golondrina y termina matándola.
Folofo se dirige hacia el parque central se marcha hacia el puente Malló porque en vive en la cuartería de la Chivera, por el lado del cementerio, en Comayagüela. Se dirige al mercado Los Dolores en busca de su hermana Catica.
Su madre luego de una larga lucha con su enfermedad muere en el Hospital San Felipe.
Folofo y Catica se encuentran en el parque Herrera donde ellos se encontraban dialogando y él le decía que dejara de tener miedo a la gente y que se fueran a Comayagüela que allí sería más fácil entender a la agente.
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